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Ayer más de un centenar de gijoneses y avilesinos comprobaron "in situ" que El Sueve es uno de los sistemas montañosos más bellos de Asturias
Entre los municipios de Parres, Colunga, Piloña, Caravia y Ribadesella, se alza la afamada sierra del Sueve, constituida por caliza carbonífera y de unos cien kilómetros cuadrados de extensión. Allí perduró durante los últimos siglos una raza autóctona de las montañas de Asturias, los asturcones, que tanta gloria dieron a nuestra región y a los que debemos los asturianos nuestra primera cita histórica. La presentación en la Historia fue a través de las crónicas romanas que ya hablaban de estos animales. Este sistema montañoso es una de las sierras costeras del oriente de nuestra región que más bellezas naturales atesora, junto a sus vecinas del Cuera y La Escapa o Santianes.
A esta hermosa montaña se fue ayer con el programa de educación ambiental Naturaleza y Cultura, en una fácil y tranquila actividad naturalista
Estos montes siempre fueron visitados asiduamente por los distintos grupos montañeros, asi como por los centros docentes.
Desde el Alto de la Cruz de Llames, donde se encuentra el Mirador del Fito (o, mejor, El Fitu), se comenzó el suave paseo montañero por El Sueve; para continuar hasta la majada del Bustacu y descender posteriormente al pueblo de Cofiño, en poco más de tres horas de suave paseo montaraz, por el paraíso de los asturcones, aunque ahora estos caballos son difíciles de contemplar en salvaje libertad por esos lugares.
La salida de la marcha a pie fue cerca del mediodía, como decíamos, del Fitu, en la carretera de Arriondas a Colunga (AS-260); para adentrarse en el Sueve a través del monte Poares y peñón del mismo nombre; dejando a nuestra izquierda un antiguo refugio de caza. Se pasó entre pequeños bosques de pinos, muchos de ellos quemados en recientes incendios forestales intencionados (es de suponer). Se paseo por un marcado sendero, con pequeñas subidas. Al fondo, a la derecha, quedaba la playa de la Isla y el Mar Cantábrico, asi como el cordal de Les Duernes y el Picu Babú (donde se alza una pequeña cruz metálica colocada por los montañeros gijoneses del CALUL en l985 para conmemorar el décimo aniversario del Club de Aire Libre de la Universidad Laboral) y, a la izquierda, hacia atrás, los montes de Corona y de Pagadín; y a lo lejos los Picos de Europa... También a nuestros pies, a la derecha, se vio una parte de "La Viescona", el hayedo más importante del Sueve y posiblemente el que está situado a menor altitud de toda Asturias, por debajo de los quinientos metros. Ese bosque también se llama "Viesca la Toya".
Después de la subida se llegó a la antigua majada de La Mira (que tiene este nombre, parece ser, por sus bellas panorámicas) situada a los pies del Cantu la Teya. A la derecha, se perfilaban los distintos picos de esta sierra; y, a la izquierda, los montes de la Alta Piloña, cordal de Ponga y parte de las cumbres de la Cordillera Cantábrica, entre los puertos del Pontón y San Isidro. Tras bordear por su izquierda (al Sur) el Cantu la Teya, nos situamos en una hermosa pradera, desde la que se divisó la antigua majada del Bustacu. A esta "mayada", hoy con sus cabañas ya derruidas, se llega en poco tiempo por marcada senda; y es donde se descansó en su verde campera, donde es abundante la manzanilla y otras plantas medicinales. Hay dos fuentes en la zona, una en Llabancu, parte alta de la majada; y otra en la baja, algo escondida; y de allí sale un sendero al pueblo de Cofiño.
Encima del Bustacu está El Llabancu y Mergullines, asi como el cimero Picu Pienzu... A la izquierda se encuentra el Picu Corbera y a la derecha la Parea La Muda y el Picu Les Duernes (donde se alza una caseta y repetidor radiotelefónico). Los senderos para subir son varios. Aunque ayer con Naturaleza y Cultura no se tenía pensado ascender a ninguna cima, solo fue un paseo llaneando y bajando a Cofiño.
En ciertas zonas del Sueve hay algunos asturcones, asi como muchos gamos, corzos y jabalíes; y en los cielos no es rara la presencia de águilas, buitres, alimoches y cuervos. Ayer se vieron algunos de estos animales.
En el Picu Pienzu se eleva una gran cruz metálica que sustituyo a otras anteriores de madera, levantadas por vecinos de Lastres (concretamente de lafamilia Victorero) en varias ocasiones, siguiendo promesas de marinos y emigrantes a America. La cruz actual, de 16 metros de alto y fue proyectada por el conocido arquitecto Miguel Díaz Negrete. También hay una antena y un repetidor. Toda la jornada fue muy grata y placentera, con buenas vistas de esos bellos paisajes.
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