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Ayer el programa Naturaleza y Cultura recorrió el entorno de Muniellos, en una zona refrescante para combatir el calor estival
Un centenar y medio de excursionistas de todas las edades acudieron ayer a la cita del programa medioambiental Naturaleza y Cultura para visitar, paseando tranquilamente, las estribaciones del famoso bosque de Muniellos. En esa zona hay muchas rutas posibles, a cada cual más hermosa, sin falta de adentrarse en la reserva y tener que pedir permisos varios meses antes. Aunque con el programa de este diario las plazas son limitadas y no pueden ir más de un centenar y medio de excursionistas por cada marcha dominical, si posibilita de todas formas para que un buen numero de ciudadanos, en rutas guiadas por monitores y educadores ambientales, puedan disfrutar y conocer, con respeto, algunos lugares emblemáticos de la hermosa Naturaleza de Asturias, sean afamados o desconocidos, según los casos.
Otras posibles caminatas por estos lugares del concejo de Cangas del Narcea y que se podrán realizar en un futuro próximo con Naturaleza y Cultura, son, por ejemplo: La entrada al parque o reserva, en un fácil recorrido entre el pueblo de Moal y la casa de los guardas de la Reserva Natural de Muniellos, en Tablizas, siguiendo el río del mismo nombre. Esa zona aunque ahora se la llama Muniellos, antaño se le conocía por Tablizas a secas... Otro buen paseo montaraz es cerca del Centro de Interpretación de la Reserva de Muniellos, en las proximidades del pueblo de Oballo, con salida de dicho centro y visita a los miradores de La Candanosa o de Obacho, con paseo incorporado hasta el pueblo del mismo nombre y collado de Forcau, en la pista que conduce a la Vega del Tallo (Vega Tachu). Otra posible caminata es por el puerto del Conio y sierra de Valdebueyes (Valdebois) y bajando, desde el Picu Valmayor, al citado centro de interpretación. En todas esas travesías se puede ir contemplando Muniellos desde lo alto magníficamente. Y otra muy aconsejable es la que se hizo ayer con este programa de educación medioambiental, entre el pueblo de Moal, el bosque de igual nombre, el mirador de Montecín (desde donde se ve bien Muniellos) y el collado y pueblo de Moncó (Moncóu) en fácil caminata. Por la mañana fue subiendo y por la tarde en bajada, por viejas sendas y antiguos caminos pastoriles, algunos cerrados por la vegetación y que fueron abiertos, en parte, por los responsables de este programa medioambiental en días previos a la marcha colectiva de ayer.
Asimismo y ya se fue con este mismo programa hace algún tiempo (y, posiblemente, se repita pronto) se puede también recorrer en suave travesía la pista que conduce a los pueblos de Vega Tachu y Lartosa, a la sombra de Pena Ventana, entre bellos bosques autóctonos, a la vera de Muniellos. Con lo cual no todo tiene que ser la visita (restringida) a la famosa reserva.
Muniellos está situado en las estribaciones de las sierras de Valdeboís (Valdebueyes) y Rañadoiro y en los cabeceros de río Tablizas (o río Muniellos) que es afluente del Narcea. Las cotas en que está comprendido este bosque oscilan entre los 1.700 metros de altitud y los 650 metros sobre el nivel del mar a su entrada, en Moal. Ayer se subió a una cota ligeramente superior a los 1.000 metros, en el mirador de Montecín.
En estos lugares hay muchos animales silvestres, pero suelen estar escondidos de día, por temor al ser humano; saben que es su peor enemigo, por eso nos temen y se camuflan. Ayer se pudieron ver rastros de muchos mamíferos, aves y reptiles, en el bosque de Moal. Lo que ya no abunda en Muniellos es el oso y lobo, solo de paso hay algún ejemplar de los primeros. Curiosamente, es en el citado bosque de Moal donde más fácil se detectan los rastros de los míticos plantígrados. Ayer se vieron algunas huellas. El frescor de las hayas, castaños y robles ayudó a combatir el calor, por eso se programan esos bellos y sombríos lugares para esta época. El próximo día 17 posiblemente se visite otro gran bosque, en ese caso podría ser el hayedo de Valgrande-Pajares.
Se salió de Moal a mediodía para comenzar la caminata. La ruta se toma al final de ese alargado pueblo, junto a la capilla y la plaza del mismo. La ruta está señalizada, aunque en ocasiones, como suele ocurrir en muchas zonasde la montaña asturiana, se pierde algo, entre la espesa vegetación. Los monitores-guías cubren siempre las deficiencias de la regular señalización.
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