Naturaleza y Cultura La necesidad de los educadores medioambientales



Descubre Asturias

Programa de Eduacion Mediambiental <br> Naturaleza y Cultura

Archivo de Rutas

Galeria de Fotos

Ruta de la Semana

Hemeroteca

La lucha contra los incendios forestales y la masificación de los lugares naturales deben de ir precedidos de buenas campañas de prevención

Ahora parece ser que está de moda culpar de la mayoría de los incendios forestales a los excursionistas y a los lugareños. Puede ser esto así gracias a las declaraciones hace unos años de algún técnico o alto ejecutivo, que lo aseguraba. De sobra es sabido a estas alturas que la mayoría de los incendios en el monte son intencionados y por causas bien conocidas por las autoridades, como puede ser la especulación de terrenos, la expulsión de fauna molesta, la compra de madera barata, el distraer a las fuerzas de seguridad (para hacer actos delictivos) o el negocio con los temas de extinción a destajo

A caballo
Los equipos de protección pueden ser ecuestres, motorizados o a pie

Pero el evitarlos es tarea de todos, con las autoridades al frente claro está, pues la prevención, motivación o concienciación de la población (sea del campo o de la urbe) es fundamental. Buenas campañas formativas y educación cívica en centros docentes, en asociaciones, en grupos excursionistas, en los núcleos rurales (turísticos especialmente) y en los medios de comunicación, pueden hacer mucho más que simples normas, consejos vacíos, panfletos o muñecos graciosos. Los programas de educación ambiental son más necesarios cada día. Aquí tenemos el ejemplo vivo de alguno que se hace "in situ", en plena Naturaleza, en el mismo monte, a la vez que se pasea, se educa. Este periódico lleva casi tres lustros recordándolo semanalmente a través de estas páginas y luego llevando a cientos de personas al medio natural para que practiquen ellos allí mismo la educación cívica elemental, que es pura lógica.

Un complemento perfecto para esa tarea son los monitores o educadores medioambientales. También hay guías y voluntarios verdes, pero en esta región oficialmente no funcionan aún, aunque en otras comunidades autónomas llevan ya varios años formando a jóvenes o adultos. En los montes asturianos si hacen algo los voluntarios y educadores ambientales de organismos privados, como el FAPAS (fundamentalmente en la plantación de árboles autóctonos) o de entes municipales, como la sección verde de Protección Civil del Ayuntamiento de Gijón (que se intentó también poner en practica hace unos meses en Oviedo). Asimismo, estos guías, expertos naturalistas, también podrían empezar a funcionar en breve en los parques naturales de Asturias, como lo hicieron en ocasiones en la llamada "Senda del Oso".

Otro ejemplo son los que conducen el programa de educación ambiental Naturaleza y Cultura de este diario, formados en las actividades de Recreo en la Naturaleza y en el centro de interpretación de la Naturaleza Monte Deva, hace un lustro. De todas formas cada vez son más necesarios los equipos de protección medioambiental, a pie, a caballo, en bicicleta o en vehículos todoterreno en ciertos casos, así como en lanchas o piraguas por nuestros ríos. Y no solo para labores de mantenimiento o limpieza y vigilancia, si no también para prevenir y educar en pleno monte a los excursionistas o lugareños, como auxiliares de la guardería forestal o de las fuerzas de seguridad. Además serían unos buenos colaboradores en búsquedas o rescates, al conocer bien las zonas asignadas.

En esto de las tragedias en el monte, por ejemplo incendios, también hay quien le gusta sacar las cosas de quicio y exagerar a tope, dando datos erróneos de las muchas hectáreas quemadas, cuando apenas fueron unas pocas, o del peligro desproporcionado. Otro error grave es tratar en los medios de comunicación a las víctimas de un accidente de montaña como a verdaderos héroes cuando son rescatados sanos y salvos, tras fatigosas y costosas labores de los equipos de emergencias, máxime cuando la culpa fue de ellos mismos por negligencia. También se tiene demasiada tolerancia con los gamberros que destrozan la Naturaleza, las cabañas de pastores, los caminos o sendas, su señalización o la ganadería, por placer, la mayoría de las veces en vehículos.

En lancha
Las secciones verdes de limpieza y prevención son fundamentales

Por otra parte decir que son causados los siniestros por excursionistas despistados al hacer una hoguera, o parrillada, o por lugareños al quemar unos matojos, sin pruebas, es cuando menos una infamia. Pues en muchos casos se afirman estas lindezas y se podría comprobar que había varios focos quemando. Por otro lado, no suelen decir los expertos que queman con más facilidad lasespecies foráneas, pinos y eucaliptos, que las especies arbóreas autóctonas. Y que cuando estas últimas queman el daño a la Naturaleza es mayor, por lo que hay que graduar los siniestros. Tampoco se dice nada de la educación ambiental, ni de hacer los citados equipos o patrullas verdes de prevención, con educadores medioambientales. En Gijón los voluntarios de la sección verde de Protección Civil recorren los montes del concejo en labores de educación ambiental. ¿Por qué no se hace esto en otros lugares de Asturias?. Lo que no tendrían es que emplearse voluntarios en labores de extinción, creen algunas personas, pero en temas de prevención: ¡Sí, son fundamentales!.

Muchos lugareños de pueblos de montaña opinan que la mayoría de los incendios forestales son causados por pirómanos profesionalizados y bien pagados a los que es difícil sorprender. Y, si se les detiene, las multas son ridículas y suelen tener fuertes apoyos para salir casi indemnes. Pero, dicen los campesinos que si se le sorprende a ellos quemando rastrojos, en quemas controladas, o si se le escapa un poco el fuego, las multas sí son grandes. Y, además, no se suelen ocultar al hacer estas necesarias limpiezas en sus propiedades. Y añaden, si ellos no limpian los montes, los campos de labor, los pastizales para el ganado, los ríos y las majadas o brañas, ¿quien lo hará?... Y, recordemos, siempre es mejor prevenir que lamentar.