El alimoche cría en España durante el verano, empieza a llegar a finales de
febrero o comienzos de marzo. En agosto abandonan los nidos y migran al
África transahariana, donde pasan el invierno.
Habitualmente nidifica en cortados rocosos, cuevas o grietas de paredes
rocosas, en Asturias se sitúan entre los 200 y los 1000 metros de altitud.
Ocupan los mismos nidos año tras año. La puesta se realiza de marzo o abril
y generalmente consiste en dos huevos blancos manchados de pardo que son
incubados por ambos progenitores durante unos cuarenta días. Los pollos
abandonan el nido entre los meses de junio y julio.
El alimoche, al igual que el resto de los buitres es un ave carroñera. Se
alimenta de cadáveres de animales, excrementos, detritos, desperdicios de la
actividad ganadera e incluso huevos de otras aves.
El alimoche, como se recoge en el Plan de Manejo del Alimoche en Asturias,
es la única de las cuatro especies de buitres presentes en la Península
Ibérica que tiene comportamiento migratorio. España, con más de 1.300
parejas nidificantes es el país que mantiene la población más numerosa de
ésta especie.
En las últimas décadas, el uso ilegal del veneno para combatir los daños
producidos por ciertas especies predadoras y el uso masivo de todo tipo de
productos tóxicos han sido las causas principales del declive poblacional
experimentado por numerosas especies de aves rapaces. Las costumbres
carroñeras del Alimoche y la importancia que tienen en su dieta los
cadáveres de pequeños animales y todo tipo de despojos y restos orgánicos le
convierten en una de las especies más afectadas por este problema; a ello es
preciso añadir la incidencia de la persecución directa y las diversas
molestias que, intencionadamente o no, pueden tener como consecuencia la
interrupción del proceso reproductor.
En el censo de la especie previo a la elaboración del Plan de Manejo,
realizado en el año 200, se confirmó la existencia de unas 50 parejas
reproductoras de alimoche en Asturias, cifra que se mantiene relativamente
estable desde los censos realizados en 1990.
No obstante, aunque se ha observado una cierta estabilización de la
población en los últimos años, los problemas puntuales de persecución
directa junto con la destrucción de sus hábitats, la construcción de
carreteras y pistas, la disminución de la cabaña ganadera y otras fuentes
potenciales de alimentación y, en general, la gran dependencia del hombre
que sufre esta rapaz, obligan a tomar medidas eficaces y activas que
eliminen los riesgos que existen para su conservación.
La finalidad del Plan de Manejo del Alimoche en Asturias es eliminar los
factores adversos que inciden sobre la especie, de modo que ésta alcance un
tamaño poblacional viable a largo plazo y permita la colonización de su área
de distribución potencial.
El Plan se aplica en la totalidad del área de distribución de la especie en
Asturias, que comprende total o parcialmente los concejos de Illano,
Villayón, Boal, Belmonte, Somiedo, Salas, Grado, Teverga, Yernes y Tameza,
Proaza, Quirós, Santo Adriano, Morcín, Riosa, Ribera de Arriba, Mieres,
Oviedo, Lena, Aller, Laviana, Bimenes, Nava, Siero, Sariego, Villaviciosa,
Cabranes, Piloña, Sobrescobio, Caso, Colunga, Parres, Ponga, Amiela, Cangas
de Onís, Ribadesella, Llanes, Onís, Cabrales, Ribadedeva, Peñamellera Alta y
Peñamellera Baja. Asimismo, se aplican medidas en las áreas críticas del
área potencial de distribución del alimoche, es decir, el área que por sus
características naturales pueda ser susceptible de ser ocupada por la
especie en el futuro. |