Arcenorio, hermosa y montaraz vega, que comparte belleza natural con su vecina Ventaniella. Muchas personas hablan con frecuencia de las bellezas que encierran las recónditas vegas y antiguas majadas de pastoreo de la zona norteña de la sin par Cordillera Cantábrica. Arcenorio y Ventaniella en la parte central de esa cordillera, en tierras asturianas de Ponga, son un ejemplo de esto.

El bosque de Peloño, que las rodea, está  situado en el monte de igual nombre y tiene en sus cimeras las peñas Ten y Pileñes (muy visitadas por los montañeros asturianos). Así como el Collau Zorru y los puertos o vegas de Ventaniella y Arcenoriu. A esta última vamos a referirnos, pues en ella se encuentra una ermita o capilla dedicada a la Virgen de Covadonga, o Santa de Arcenoriu, de la que son devotos muchos montañeros gijoneses, que todos los años acuden a esa festividad.

La Santa de Arcenoriu, se celebra el 8 de setiembre (coincidente con La Santina de Covadonga). Cerca está  Ventaniella, también muy festejada por los lugareños y los montañeros asturianos. La Fiesta de Nuestra Señora de Venteniella se suele celebrar el primer sábado de setiembre, un día como hoy. Los deportistas de las cumbres confraternizan así con los lugareños, dado que estos siempre suelen ayudar cuando se les necesita.

La caminata para visitar el hayedo de Peloño y la vega de Arcenorio, puede iniciarse en varios puntos pero el mejor es el collado de Les Bedules, a unos mil metros de altitud. Hasta ese lugar llega una pista de tierra, apta para vehículos duros, desde la carretera local de San Juan de Beleño a Viego y puente Vidosa (PO-2). La pista se toma a los dos kilómetros de salir de la capital pongueta, un poco antes de llegar a Viego, en un collado denominado de El Cabañón (de este lugar hasta Les Bedules hay un kilómetro y medio; y de allí hasta Arcenorio nos quedan unos 13 kilómetros). Desde Les Bedules, donde hay una fuente y un monolito de piedra, y varias cabañas, se sigue la pista, pasando por praderías de gran belleza, dejando a nuestra derecha el valle de Beleño presidido por el Tiatordos; a la izquierda, está  Peña Salón; y algo más a lo lejos los Picos de Europa. Atrás, al Norte, dejaremos el Picu Pierzu y la foz del río Santa Bustia (o de Viego) y delante de está  ya el gran hayedo de Peloño, en el que nos iremos introduciendo por la ancha pista que sigue al Sur. Hasta llegar, en una media hora, al collado Granceno, a paso tranquilo.

De Granceno en una hora escasa se llega, por la misma pista, a La Palanca. Y de allí, por el medio del bosque, la pista asciende hasta el collado de La Guaranga, en una media hora (hay otro camino que desciende siguiendo el río Roabin). De La Guaranga se va la pista en dirección al puerto de Arcenorio, en otra hora larga de caminata ascendente, pasando junto a una portilla, al final del camino al lado de un "bunker" de la guerra civil española. Después sigue un sendero por el medio del hayedo hasta llegar a la amplia campera, donde está  la afamada ermita de Nuestra Señora de Arcenorio, alrededor de la cual se celebra al mediodía una emotiva procesión con La Santa, tras la misa solemne, seguida de la típica romería asturiana.

En ese puerto hay una antigua majada, donde aún se pueden ver ancestrales "corros" de piedra, medio derruidos. En lo alto "vigilan" las peñas Ten y Pileñes.

En Arcenorio se dice que estuvo Don Pelayo con sus guerreros acampado, descansando.

La excursión para visitar Arcenorio también podría haber comenzado, aunque con más dificultad, en Sobrefoz y tras subir a Ventaniella, ir por el Colláu de Les Arriondes.

De esos bellos lugares naturales hay una canción popular que dice así:

"Adiós, puertu de Arcenoriu, Peña Ten y Ventaniella,

que yo me marcho pa  Asturies en busca de la mio neña".

 

LA FIESTA MONTAÑERA DE ARCENORIO 

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