Dice la canción popular que "entre la Pola y el Pino hay una piedra redonda, donde se sienten los mozos cuando vienen de la ronda"... En la carretera que asciende por el concejo de Aller hasta el puerto de San Isidro (AS-253) están estos dos bellos pueblos -Pino y Pola del Pino-. Y cerca de ellos las Foces del Pino. Un poco antes de Felechosa, otrora lugar entrañable de reunión de los esquiadores, en tiempos de grandes nevadas, esta el pueblo de Pino.

Felechosa es también muy conocido por encontrarse en él la ermita de la Virgen de la Antigua, y ser un lugar de inicio, o de regreso, de bellas travesías montañeras a los concejos de Caso y Sobrescobio, por las Foces de Fresnéu y collada de La Valencia. También se va desde este típico pueblo al maravilloso bosque de Gumial. De ello habrá que hablar otro día.

Las Foces del Pino son pequeñas en longitud, pero de hermosura salvaje, recorriéndose en pocos minutos, pero para llegar a ellas hay que ir antes por una "caleya" en medio del bosque, ascendiendo lentamente en algo más de una hora. Tomando al poco tiempo de dejar el pueblo de Pino, junto a un antiguo molino, el ramal del camino que va a la izquierda, pues el de la derecha conduce a unas explotaciones mineras (conociendo el sendero también se podría ir por este).

Atravesaremos el bosque de especies arbóreas autóctonas, con el camino frecuentemente embarrado, dejando a los lados del mismo las majadas de Cobes y Entresierra, y divisando a lo lejos los picachos del Cuetu y Peña Redonda del Pino. En esta zona son famosos los bosques caducifolios de Chamorru, La Llana, Gumial y Fuentes de Invierno, donde habitan muchas especies fáunicas, desde cérvidos a mustélidos, pasando por multitud de aves, insectos, reptiles y micromamíferos. Todavía hay algunos urogallos así como lobos (contra los que se suelen organizar frecuentes cacerías).

Después de la hora larga de caminata, por la citada "caleya", que atraviesa parte del bosque, llegaremos a las puertas del pequeño desfiladero, el cual es cruzado por empedrado camino (por allí iba la calzada romana de Vegarada y Caniella a tierras allerenas) pasando antes por un rústico puente. A mitad de las foces hay otro puente de piedra, conocido con el nombre de "El Pasaeru" y que se cree es de origen romano. Aunque una pista proyectada por ese lugar puede terminar con estos vestigios del pasado en breve si las autoridades culturales del Principado de Asturias no pone freno a estos "lapsus" que se están produciendo frecuentemente en la Naturaleza asturiana.

Si esta mojado el sendero puede ser algo peligroso el atravesar este desfiladero, lógicamente a causa de los resbalones, especialmente al final que es donde esta más "pindio" el camino... El frescor de las Foces del Pino lo hacen muy saludable para recorrer en los días calurosos, pues primero los frondosos árboles y después el torrencial río, nos deparan una agradable jornada. Al final de este desfiladero hay verdes praderías donde reposar, sino deseamos hacerlo a orillas del caudal de agua, que va casi a la misma altura que la senda. En esa zona estamos ya a cerca de los mil metros de altitud.

El río que "taja" este desfiladero es el Pinos (también Pino o Valmartín) a través de los peñascos de la sierra de Fuentes de Invierno o Sierra Negra, concretamente El Pando, que queda al Este; y La Parda, al Oeste, contra fuerte de la Peña Redonda.  Al final de las foces y tras pasar las verdes majadas se puede ascender al alto de Caniella, desde donde, en larga caminata, se va al puerto de Vegarada o al pueblo de Rioaller y foces del mismo nombre (mejor con guía). El regreso a Pino se hace por el mismo camino.

 

 

LAS RECONDITAS FOCES DEL PINO 

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