Si las autoridades no se toman en serio la potenciación del campo y a la vez el turismo de montaña (o rural), conjuntamente con la defensa de la Naturaleza o educación medioambiental, nuestros hermosos valles y las cumbres que los rodean pueden ir poco a poco perdiéndose en el olvido y el abandono. Un ejemplo puede ser el actual paraíso natural del valle llanisco de Mestas.  Por los montes asturianos quedan caseríos, vegas y majadas, que son remansos de paz perdidos en el tiempo (y en el olvido oficial) que pueden desaparecer si no se cuidan. Asimismo las ancestrales brañas y sus corros, cuerries y cortines se caen o los cubre la maleza. Lo mismo pasa con antiguas calzadas romanas, que al no estar catalogadas, en la mayoría de los casos suelen destruirse al trazar sobre ellas pistas o carreteras. Y lo que duró en la Naturaleza siglos, por desidia o ignorancia, puede borrarse de la faz de la tierra en unos días al pasar por allí la pesada maquinaria de obras publicas. Dicen algunos responsables culturales de Asturias que ellos están preocupados por el tema y lo están estudiando (?). Mientras tanto cada día que pasa se destroza algún resto del pasado, pues ni tan siquiera son conocidos. No se comprende como si se quiere potenciar en Asturias el turismo rural, cultural y medioambiental, nuestros responsables y sus asesores no ponen remedio y organización en estos temas, tanto señalizando bien (con seriedad), como planificando, educando y formando, igual a guías, hosteleros y excursionistas, que a profesores y funcionarios responsables. Pero retomando el tema de las vías romanas, aún se pueden ver restos de estas, en varias zonas de la montaña asturiana. Por ejemplo están:

 EL PERDIDO VALLE LLANISCO DE MESTAS

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