El abandono de la Naturaleza asturiana y de vestigios del pasado, que en ella hay, es notable en castros y calzadas.

En tierras de Allande y Tineo se conjugan la Naturaleza y la Cultura, así como la rica ganadería (ahora amenazada) y la abundante fauna silvestre, los restos megalíticos o los antiguos caminos reales, otrora vías romanas. Así como árboles notables: Carbayo de Valentín, Fayona de Eiros o Tejo de Santa Coloma; y brañas como Llaneces o Campel. Además de minas romanas, por ejemplo en Navelgas y Puerto del Palo; o castros como el de San Chuis, situado en el pico del mismo nombre, en tierras allandesas. Pero totalmente olvidado.

Este castro, anterior a los romanos, se sitúa en las cercanías de las explotaciones mineras de oro de las sierras del Palo y de Valledor. Pero está prácticamente abandonado oficialmente, desde que lo excavaron, entre 1962 y 1963, Francisco Jordá Cerdá  y Eduardo García Domínguez. No tiene buena señalización, ni accesos, ni se trabaja seriamente en él. Aquí en Asturias solo se hacen estas cosas por dinero. ¡Casi nadie hace nada por amor al arte!. Y no se cuenta, como en otras latitudes, con personas sensibles y una administración que potencie el voluntariado cultural o medioambiental. Por eso los responsables turísticos y culturales ¿para que van a divulgar ese lugar?.

Tenemos en esta región más de medio centenar de viejos puentes (romanos o medievales) y más de cuarenta vías históricas o calzadas romanas sin señalizar o catalogar (hasta el Camino de Santiago está de pena, en muchos tramos).Y una docena de ancestrales brañas castreñas, aún con corros de piedra, pero sin cuidar; lo mismo que otros tantos reductos castreños o campos tumulares o dolmíticos. El castro de San Chuis (o San Luís) es una muestra más de desidia.

A San Chuis se llega por los pueblos de Celón y San Martín de Beduledo, siendo la caminata de media hora desde ese último pueblo (y otro tanto al regreso). El castro está a unos 800 metros de cota, se cree que es prerromano, con posterior ocupación en época romana. Tiene una muralla de módulos y tres grandes fosos defensivos. Asimismo hay casas circulares castreñas, en el barrio bajo y otra de planta cuadrada (romana posiblemente) en el barrio alto, con algunas esquinas cuidadosamente redondeadas. Y es digno de visitarse.

Uno de los árboles notables de Asturias es la Fayona de Eiros (en San Félix de Mirallo-Tineo) menos vistosa que su "vecino" el Carbayón de Valentín, aunque tiene una veintena de metros de alto y una treintena de diámetro en la copa, así como 5 metros de cuerda y se calcula que sobrepasa los 200 años. Pero pasa parecido a San Chuis, está olvidado... Una tranquila excursión cultural y naturalista (no "naturista") es la que pasa por esa zona y luego continúa a La Pola. Y, tras reponer fuerzas en la "Nueva Allandesa", se sigue por la carretera del puerto del Palo, en cuyo alto (en el Pico Panchón) se levanta ahora, en medio de un laberinto de pistas, un parque eólico, con más de medio centenar de molinetes... A los pocos kilómetros de salir de Pola de Allande giraremos por un ramal a la derecha al Alto La Marta. De allí se llega, tras coronar ese puerto, a la bella y singular braña de Llaneces o de Campel, junto a la aldea de Rebollo. La braña hay que verla con detenimiento y recorrer sus ancestrales cabañas. 

 EL OLVIDADO CASTRO DE SAN CHUIS

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