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El Desfiladero de Los CalderonesEn el límite de tierras leonesas y asturianas, cerca de uno de los ramales de la calzada romana de La Plata, esta PiedrasechaJovellanos recorrió antiguas calzadas romanas o vías históricas entre Asturias y León, así como limitando con Cantabria… Una de ellas, la famosa Vía de La Plata, tenía varios ramales para llegar a la costa, tanto por el puerto de La Mesa, en un principio, como, posteriormente, cuando pasó ya por La Carisa, Piedrafita o Pajares, que fueron los principales caminos para entrar, o salir, de Asturias durante siglos, al relegarse algo a segundo término la famosa calzada de La Mesa (vía Prehistórica acondicionada en época romana como ramal “costero” desde las tierras leonesas de Astorga). Al puerto de Pajares (y también a La Carisa o “Cariza”) se podía acceder desde la zona de Rodiezmo y Buiza, así como desde La Magdalena y Gordón… Antes de relatar la caminata por Los Calderones, vamos a transcribir unas frases del afamado Diario de este ilustre gijonés y asturiano, al pasar por estos lugares, en los límites asturianos y leoneses, en 1793, junto con su compañero de viaje Liaño:
«… A las seis a caballo, para almorzar en Pajares a las diez. Nos apeamos en Arbás, siguen los demás; nosotros, a pie por el camino de arriba (Montes de Busdongo); el río interpuesto; el puente de la derecha, lejos; el de la izquierda, aunque cercano, no se puede buscar por falta de senda; gritos para llamar a quien nos pase; aparecen unos muchachos; vuelven con la noticia de que nadie quiere venir; Liaño pasa montado sobre un palancón que está atravesado sobre el río, con su casaca arremangada; no me atrevo a otro tanto; el palo se mueve, y cargado de ropa y papeles, no acierto a prepararme; no hay remedio: exigua prohibemur aqua; Liaño nada quiere ver; vuelve cada uno por su orilla a buscar el camino y los caballos...». Como se ve las dificultades hace dos siglos eran grandes. Ahora, atravesar estas sendas del entorno “payariego”, es mucho más fácil y cómodo. Una buena y hermosa caminata por esta zona puede ser para visitar la ladera sureña de la Cordillera Cantábrica, entre Pola Gordón y La Magdalena, en medio de una profunda y escarpada garganta, que tiene el curioso nombre de Los Calderones… Si se sale caminando del pueblo de Piedrasecha, al que se llega por La Robla (N-630) o La Magdalena (AP-66), cogiendo un ramal en Otero de las Dueñas (CL-626) y siguiendo por la aldea de Viñayo, se atraviesa en algo menos de una hora, a paso suave, el maravilloso Desfiladero de los Calderones. El camino, al poco tiempo, se transforma en senda empedrada (resbaladiza si está húmeda o con nieve). Arriba, a la derecha, a los unos cien metros de salir del pueblo de Piedrasecha, está el curioso santuario natural de la Virgen de Manadero, que merece la pena contemplar. Tras breve parada en este santuario nos podemos adentrar en la pequeña y esbelta garganta, de grandes paredes verticales. El sendero no tiene pérdida. Al final de ella está la antigua majada de Santasmartas (que otrora fue aldea) y desde ella sale una pista al collado del Fito. Aquí pudo existir un hito o “fito”, un Piedrafita, para marcar el sendero... En ese alto hay ahora un nudo de pistas en varias direcciones, pudiendo seguir el camino igual para tierras de Gordón, que de La Tercia, o al hermoso puerto de Aralla; y asimismo a Piedrasecha, pues se podría regresar desde allí otra vez a este pueblo. Las pistas posiblemente sean para una repoblación forestal, o concentración parcelaria, ya en desuso; y, recorrerlas, puede llevarnos un par de horas o algo más. Nosotros aconsejamos la ida y el regreso por el mismo camino, el de la sin par garganta o Desfiladero de Los Calderones.
De esa zona también decía Jovellanos en el otoño de 1791: " Pola de Gordón, Beguerinos o Beberinos y Buiza. Aquí noche en una sala con cuatro camas, no mal reparada, aunque poco limpia. Misa en una capilla privada, que dijo un capellán llamado don Adrián; por la noche, cuando le avisamos y vino, estaba con medios pelos". Este ilustre asturiano, además de relatarnos magníficamente los recorridos, a pesar de la carencia de buenos planos, nos ilustra con sus certeras críticas como era la sociedad de antaño, las infraestructuras y la hostelería u hospedería.
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