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CAMINO HISTORICO DE RIOSECODesde el puerto de Tarna entraba en Asturias una vía romana que, en Campo Caso, se dividía en dos ramales, uno a Piloña y otro a SobrescobioEl Parque Natural de Redes, Reserva de Biosfera, está asentado en Caso y Sobrescobio. Destacando entre sus muchas rutas las Foces de Llaímo, situadas en el monte del mismo nombre y surcadas por el río Alba (por eso se llama Ruta del Alba), el bosque de Redes y la calzada de Rioseco, que en realidad es un tramo de la famosa vía que bajando de Tarna iba al centro de Asturias, al lado del Nalón, el más alargado curso fluvial de la región, con 144 kilómetros de longitud desde que nace en el citado puerto hasta que desemboca en Muros del Nalón, cerca de la villa romana de Flavionavia (próxima a Pravia). Este camino unía la comarca de Riaño con Langreo y tenía dos ramales importantes: uno el que seguía ese río y otro el que en Campu Casu giraba a tierras piloñesas (o de Ponga) por Arniciu y El Sellón
Con una vía por Llagu Ovia. De Infiesto seguía la ruta al Mar Cantábrico, cerca de Colunga o Ribadesella, aunque hay quien cree iba a Tazones. Aún hay tramos empedrados y contrafuertes en varias zonas y en los dos ramales, siendo el más notable el cercano a la capital de Sobrescobio, Rioseco, por eso se le llama "Calzada Romana de Rioseco" Hay otro tramo en buen estado, pero tapado por la vegetación, entre el pueblo de Gobezanes y el Barrando de Anzó, que enlazaría con éste de Rioseco, cerca de Los Infiernos. Y entre Arnicio y las aldeas piloñesas de San Vicente, Pandoles y Caperea, hay también tramos bien conservados, pero tapados por maleza. Desde Arniciu a Campu Casu se trazó una pista sobre la calzada, destruyéndola, tras muchos siglos de ser una importante vía histórica. Saliendo al final de Rioseco (en dirección a Caso), nada más cruzar la carretera AS-17 se toma un sendero ascendente y embarrado que nos lleva en media hora hasta los primeros restos empedrados de la calzada. La zona donde empieza la caminata se conoce por "El Pedrosu". Una portilla da paso a la vía romana, que, curiosamente y muy culturalmente, está sobrevolada por la línea eléctrica Sáma-Velilla, con sus descomunales torres sobre ella. La senda ancha y tallada en roca, con muros de contención ("llantones") suavemente va tomando altura sobre la carretera y nos da una bella panorámica del Nalón embalsado.
El itinerario es claro y no se deben de tomar los senderos que salen a los lados, hasta llegar al caserío de Anzó. Una traída de aguas levantó parte de la vía. Casi al final existe un pilón y una desviación a la derecha hacia el caserío citado. Nosotros seguimos por la izquierda, pasando junto a una cabaña rodeada de tilos, para llegar, tras algo más de una hora de suave caminar, a un cruce con la pista que sube del Barranco de Anzó; y que es el final de este tramo de calzada. De allí se puede seguir en dirección a Picu Gamonal y Colláu Unqueru, a la izquierda; al hermoso Barranco de Anzó, a la derecha; o subir, de frente a la majada del Moyón (o Achanes), por donde iba un ramal a Piloña. Hay una caseta junto al río que servía para reunirse los pastores, llamada "Abutrucu".
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