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Panorámica desde la Collada de AmievaAunque hace dos años que se construyó el mirador de San Román, no son muchos sus visitantes a pesar de sus vistas de Angón y Picos de EuropaEn el concejo de Amieva se pueden hacer bellas travesías y excursiones de montaña, tanto en plan de naturalismo o de educación ambiental como en plan puramente montañero, por los aledaños occidentales del Parque Nacional de los Picos de Europa (otrora eran del Parque Nacional de la Montaña de Covadonga). Las bellezas allí son muchas. Pero hay un lugar donde las vistas de Amieva y del Macizo Occidental de los Picos de Europa son extraordinarias, según nos repitió siempre Angel García, alcalde de Amieva y actual presidente de la Mancomunidad de Concejos del Oriente de Asturias. Y, hasta que no levantó allí un mirador, no cesó: ¡El Mirador de San Román o de la Collada de Amieva!. Curiosamente está a la vera de la Senda del Arcediano o Camín del Almagre, la calzada romana que unía las comarcas de Riaño y de Cangas de Onís. Para llegar a ese mirador, ahora con la pista hormigonada, se puede ir por Amieva (con la carretera ya ensanchada desde la N-625) en menos de un par de kilómetros o desde el típico pueblo de San Román, en otro tanto. Allí se llega desde el de Cardes o desde Sames en menos de media docena de kilómetros por pista asfaltada. También hay antiguos senderos casi paralelos a la vía.
Muchas actividades son factibles en Amieva, tanto en el río Dobra, como en el Sella; o en las sierras de Amieva, Faces y Covadonga, además del Macizo Occidental de los Picos de Europa. Allí están las denominadas sendas de La Jocica y del Arcediano, la "Olla de San Vicente" y los valles de Angón y Cedemal, con sus praderías y majadas. Como ejemplo, en lo alto del citado mirador, al Este, se encuentran picos como el Primiellu o Los Redondos y las Sierras o Canal de La Divina. En dirección contraria, al Oeste, están la Sierra Trencia, el Aboguru, o Colláu Corona y El Cantu La Vara, entre otros. Estos lugares están rodeados de bosques de especies arbóreas autóctonas y a la sombra de altos picachos. En las sus amplios campos se puede descansar y reposar con tranquilidad, o adentrarse en la espesura del bosque, en busca de los rastros de algún corzo, jabalí, comadreja, tejón, zorro o, incluso lobo. En las aguas del Dobra abundan las truchas, así como nutrias, desmanes del Pirineo y mirlos acuáticos. En el cielo se recorta la silueta de las águilas. Posiblemente el Valle de Angón (y su cercano Cedemal) sea el lugar más bello de todos los citados. Allí a la central del Restañu se llega por pista hormigonada en media docena de kilómetros desde Amieva. Por allí pasaba la calzada romana del Arcediano antaño. Desde Amieva capital, a donde se llega como decíamos por un ramal de la carretera N-625, de Cangas de Onís a Riaño, salen las pistas que nos llevan, al Sur para el valle de Angón; y, al Norte, para el citado mirador y pueblo de San Román. El paseo es fácil y sin pérdida.
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