Algunos desfiladeros, gargantas y pequeñas foces de Asturias (hay unos tres centenares de esos accidentes geográficos en nuestra región) son desconocidas por la mayoría de los asturianos y foráneos que nos visitan, este es el caso de las Foces (o Hoces) del río Esva, en el maravilloso concejo de Valdés, en los límites con Tineo. El Esva-Canero es algo conocido por los pescadores de trucha y salmón, pero los excursionistas no suelen ir mucho a esos hermosos lugares naturales. Una verdadera joya de la Naturaleza asturiana.
Las Hoces del Esva, están situadas en el valle de Paredes, a los pies de las sierras de Adrado (Adráu), Silvallana y Andornosu, así como de los picos Espina, Villaxermonde y Chanona. Siendo accesibles con más facilidad por los pueblos de San Pedro y Bustiello (Bustiellu). Para llegar a esos pueblos se vapor la carretera N-634 y en el pueblo de Brieves (entre Trevías y Pontigón) se toma el ramal al hermoso valle de Paredes, al que se accede bien tras una decena de kilómetros. También se podría ir desde la misma capital municipal de Valdés (Luarca), por Almuña, en una veintena de kilómetros de recorrido.
La caminata se puede iniciar igual en San Pedro de Paredes que en Bustiellu (así como en Adrado si se va por Pontigón). Pero la ruta más aconsejable es la que comienza en el pueblo de San Pedro y finaliza en Bustiellu; y que ahora está señalizada. Claro está, como se señalizan las rutas en Asturias: sin horarios, sin consejos o con las señales regularmente puestas y tanto a la izquierda como a la derecha (la normativa internacional aconseja hacerlo siempre al lado izquierdo del camino, según la marcha). Pero bueno, algo es algo. ¡Aun falta mucho para estar a nivel europeo, en esto y en la limpieza, o educación medioambiental!. La Corporación Municipal de Valdés hace lo que puede, pero el Principado de Asturias (y otros entes) sigue casi en "pañales" en esos temas. Ejemplos negativos los hay por doquier, tanto en el cuidado de las calzadas romanas o las ancestrales brañas con construcciones de tipo castreño, como los corros de piedra; o los campos de dólmenes.
En San Pedro de Paredes hay un puente romano, pero está olvidado. Cerca del pueblo está el dolmen de Restiellu (puede haber una necrópolis tumular), pero también está casi en el anonimato, como pasa en las cercanas tierras de Allande y Tineo, con otros restos del pasado, como el castro de San Chuís. Cerca del valle de Paredes hay también un menhir y varios cortines de piedra, que servían antaño, cuando había osos en esa zona, para guardar las colmenas de los ataques de los golosos plantígrados. Pero ¿interesa conservarlos?.
Si se inicia la caminata en San Pedro, tras dejar su histórica iglesia parroquial y el cementerio, se cruza el citado puente romano. Después se sube durante algo más de media hora, a buen paso, por un antiguo camino real que conduce a los montes de Adrado. Por esa senda iban otrora los vaqueiros de alzada a los puertos de Tineo, Cangas del Narcea y Somiedo. En la ascensión se puede ver a la izquierda, en la ladera del monte próximo, el dolmen comentado y los cortines. A la derecha veremos en parte las Foces del Esva, abajo. Al final del camino se llega a un cruce y se corona el monte donde se asienta la braña de Adráu (o Adrado), con varias casas de vaqueiros. A la citada braña llega una pista, que se toma cerca de Pena o Pontigón. En recorrer ese poblado vaqueiro se tarda un cuarto de hora.