En esta sección, y como siempre es de desear, pretendemos que los itinerarios descritos sean cómodos y sin problemas para cualquier persona que quiera dar un paseo por el medio natural, y que sirvan para motivarles. Después cada uno ya preparará mejor la excursión o se dejará asesorar bien por guías expertos conocedores de la zona. Pero confiamos que todos salgan a la Naturaleza con sensatez, prudencia y educación ambiental. Estas rutas son también turísticas, con algunas sugerencias sobre alojamientos, lugares donde comer o descansar y posibles visitas culturales,...

Ilustres personalidades se refieren a las maravillas que hay en Asturias y que es preciso dar a conocer. Uno de los lugares citados por Jovellanos en sus crónicas viajeras, es la Peña Sobia, en los límites de Teverga, Quirós y Proaza. El gran patricio gijonés decía de Peña Sobia: "... que, como la de Ubiña, es caliar, hay dos lagos, uno en tierras de Teverga y otro en la parte de Quirós". El que está en tierras quirosanas es el llamado Llagu Canchongo, situado junto a la ancestral braña del mismo nombre y encima del bello pueblo Villamarcel; y el denominado LLagu Sobia es el que está en Teverga, a los pies del Picu La Siella, conocido así mismo por Peña Sobia (y que da nombre a toda la sierra o cordal). Y, de todo ello, lo más maravilloso, son sus vegas, donde aún pueden verse algunos típicos corros de piedra. La pena es que las autoridades del Principado de Asturias no apoyen seriamente la conservación de los mismos y este patrimonio del pasado pueda desaparecer (por abandono y desidia) en breve plazo de tiempo, tras muchos siglos en pie. Con las calzadas romanas asturianas pasa parecido.

Para subir a las vegas de Sobia hay varios caminos, pero para llegar a las vegas que están en la falda de Peña Sobia (de 1.517 metros de altitud), lo mejor es partir del pueblo de Carrea, situado en el concejo de Teverga (aunque también se podría ir por Sobrevilla, en algo más de tiempo). Carrea está cerca de San Salvador, en un ramal de la AS-228. De ese pueblo salen dos caminos, uno en realidad es una pista para vehículos todoterreno y el otro un "caleyón" que deja a un lado la iglesia de la Virgen del Cébrano.

Tras una hora escasa de tranquilo paseo, subiendo con comodidad por el camino de Les Envueltes (antaño empedrado a modo de calzada romana) se llega ala collada de Turfeo. En la subida como decíamos tardaremos menos de una hora, pasando junto a pastizales al principio y zona rocosa después. Entroncándo en Turfeo con el sendero que viene del pueblo de Sobrevilla. Antes de llegar al Llagu Sobia veremos la antiquísima fuente de La Maquila. Y un poco antes, nos queda a la derecha una gran cueva, que asegura alguna persona fue refugio invernal de osos. Encima tendremos las paredes de Peña Sobia o La Siella, donde frecuentemente se ven escaladores, dada su verticalidad (y buitres leonados). También se usa esta peña para lanzamientos en parapente. Allí hubo un comedero artificial para aves carroñeras. También, de paso por esas montañas, se puede detectar alguna vez, el rastro de osos y lobos, que van desde los altos de la Cordillera Cantábrica a las valles de Proaza, Teberga y Quirós, principalmente en otoño y primavera. Aunque cada vez es más rara su presencia.

Este cordal de Sobia, también conocido por Trobaniello, es un remanso de paz; y desde sus principales cumbres (La Siella, Barriscal, Valmayor, Chalga y Barzanalga) se ve bien, al Norte, la sierra del Aramo (con el Gamoniteiru en primer término), la sierra de Caranga y Peña Gradura. Al Sur, el Macizo de Ubiña, con los Huertos del Diablu, próximo. Al Este, Peña Rueda y los bosques de Quirós. Y al Oeste, el valle tevergano y el cordal de La Mesa.

LAS VEGAS DE PEÑA SOBIA

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